egipto y el cine

Isabel Gil Benítez

 

 

El Peplum como género cinematográfico nació casi a la vez que el mismo cine, pues ya en la época del cine mudo se hacían películas que plasmaban las grandes historias del pasado, sobre todo de la antigüedad romana. Cabe recordar títulos como Los últimos días de Pompeya (1900), Ben-Hur (1907) o Intolerancia (1916)... Pero el verdadero auge e impulso de este género no ocurrió hasta los años 50, cuando apareció la televisión, que supuso una fuerte competencia para el cine. Así en esta década y en la siguiente se rodaron la mayor cantidad de películas de este tipo.

Aunque se suele llamar Peplum a las películas de romanos, en realidad el nombre sirve también para designar a las que tratan la mitología o la historia griegas, el tema bíblico, Egipto y el antiguo Oriente en general. Desde espectaculares y clásicas cintas como Quo Vadis (1951), Los diez mandamientos (1956), Ben-Hur (1959), Espartaco (1960) o Cleopatra (1963), hasta productos más actuales para televisión, como Yo Claudio (1976) o Jesús de Nazareth (1977), y llegando a grandes producciones que resucitan el género como Gladiator (2000), el Peplum ha contado y contará con muchos adeptos.Los diez mandamientos

Desde luego, para ver y disfrutar de un peplum hay que olvidar todo lo que hemos estudiado sobre la Historia, porque la inmensa mayoría de estas películas no tienen como objetivo prioritario la fidelidad histórica, sino la espectacularidad de sus decorados, el exotismo, el número de extras utilizados, etc. Algunas sí que han intentado ser fieles a la Historia, pero siempre con algunos fallos, o “licencias artísticas”, como gusta decir eufemísticamente a los entendidos.

Pero volviendo a Egipto, hay algunas películas sobre el tema, aunque no muchas (hablo de calidad, puesto que sí se han hecho bastantes para televisión, la mayoría de las cuales ni siquiera se han estrenado en España). Haciendo un poco de memoria, el subgénero egipcio lo inició Cecil B. De Mille con su primera versión (en blanco y negro) de Los diez mandamientos (1923). Tuvo tanto éxito que rodó una segunda versión en 1956, más rigurosa que la primera. Cuando estaba rodando la primera versión, decidió a última hora añadirle algunas escenas espectaculares que tenían lugar en Egipto, y ampliar así el contexto bíblico de la película, y claro, los productores se echaron a temblar por el alto costo que suponía eso. Sin embargo, esa decisión fue la que propició el enorme éxito en taquilla, y los cuantiosos beneficios económicos que dejó, y por supuesto el que decidiera rodar un remake pocos años después, ya en color y con mayor rigurosidad (con Charlton Heston como Moisés y Yul Brynner como Ramsés). Hasta 12.000 figurantes o extras se necesitaron en algunas de las escenas rodadas, lo cual puede dar una idea de la majestuosidad de esta producción.Sinuhé el egipcio

Con la aparición del cinemascope surgen las grandes producciones de tema histórico, y así de 1954 es Sinuhé el egipcio, de Michael Curtiz, basada en la famosa novela de Mika Waltari. Narra la historia de Sinuhé, un médico egipcio en la dinastía XVIII que va contando su vida, desde su nacimiento, cuando es abandonado en las aguas del Nilo (mito de Moisés) y recogido y adoptado por un modesto médico que desconoce el parentesco del bebé con la familia real. Cuando es mayor busca sus raíces en la corte de Ajenatón.

Al año siguiente, Howard Hawks dirige Tierra de faraones (1955), filmada en Egipto, y que cuenta la historia de la construcción de la pirámide de Keops. En el 1961, Fernando Cerchio dirige en Italia Nefertiti, reina del Nilo, del mismo tipo que Sinuhé el egipcio, y en la que se narra la historia de Nefertiti, la esposa de Amenhotep IV, más conocido como Ajenatón.Cleopatra

En el 1963 se rueda una de las más famosas películas del género, Cleopatra, dirigida por Rouben Mamoulian en Londres, aunque tras un paréntesis por enfermedad de la actriz principal, Elizabeth Taylor, se retomó su rodaje unos meses después en Roma con Joseph Mankievicz como nuevo director, para finalizarlo en Almería (concretamente las escenas de la batalla de Farsalia). Fue un duro y largo rodaje, que arruinó a la compañía Fox, pues al enorme presupuesto de 37 millones de dólares (casi irrisorio hoy en día) y al empeño en rodar en parajes del Mediterráneo, hay que sumar los caprichos de la estrella protagonista y sus problemas de salud.

Anteriormente, en 1917, se había hecho una primera versión de Cleopatra dirigida por J. Gordon Edwards y protagonizada por Theda Bara, la primera vampiresa de la pantalla, y donde se presentaba a la reina egipcia como una mujer seductora y exótica.Faraón

Pero la mejor película del género es Faraón (1965), del polaco Jerzy Kawalerowicz, rodada con un modesto presupuesto. Ambientada en el Egipto de Ramsés XIII, plantea el enfrentamiento entre el poder civil que personifica el faraón y la clase sacerdotal, que controla la mayor parte de las riquezas. Fue nominada al Oscar como mejor película extranjera al año siguiente, aunque ganó la francesa Un hombre y una mujer, de Claude Lelouch.

Por supuesto, las películas anteriormente citadas entran dentro de la categoría ya que están ambientadas en la época del antiguo Egipto, pero hay muchas más que retratan épocas más modernas, como la estupenda La momia (Al-Mumiya), del director egipcio Shadi Abdessalam, del año 1969. Narra los hechos que sucedieron en Gurna, pueblo situado junto al Valle de los Reyes, en el que vivía la familia Abdel Rassul, que habían encontrado una tumba con numerosas momias y tesoros, y que fueron descubiertos al aparecer ciertas piezas en el mercado negro. Se trata ni más ni menos que de la narración cinematográfica del importante descubrimiento del escondrijo de Deir el Bahari. Ésta sin duda se encuadra dentro del género histórico con mayúsculas, pues su fidelidad a los hechos es muy alta.The mummy, 1999

Pero luego tenemos muchas películas que retratan de alguna forma la vida de los antiguos egipcios aunque sea en unas pocas escenas más bien fantasiosas, como el caso de La momia (The mummy, 1999) o El retorno de la momia (Mummy returns, 2001), ambas dirigidas por Stephen Sommers y que son mezcla de géneros como terror, comedia, fantasía, aventuras y acción. Sin duda son herederas (aunque no tienen mucho que ver) del clásico La momia (1932), dirigida por Karl Freund, con un terrorífico Boris Karloff en el papel principal, y que apareció justo después del descubrimiento de la tumba de Tutankhamon, en una época en que “lo egipcio” comenzó a estar de moda. De El retorno de la momia salió otra película debido al éxito de uno de sus protagonistas (es lo que se llama un spin off), The Rock, que interpreta al rey Escorpión, unificador de Egipto (según la peli, claro). Me refiero a El Rey Escorpión (Chuck Russell, 2002). No hay nada en esta película que tenga algo que ver con la historia egipcia, ya que sólo fue una excusa para promocionar a nivel mundial al actor protagonista (Dwayne Johnson, más conocido como The Rock), así que sólo encontramos peleas y luchas bastante espectaculares. Pero bueno, nadie es perfecto, y a mí me gusta, jeje...

Sobre el mito de la momia que revive para saldar una venganza y causar el terror se han hecho muchísimas películas (y aquí entramos en el género de terror), desde las primeras en cine mudo como La momie du roi (Francia, 1909), The mummy (USA, 1911), pasando por los clásicos de terror como La momia (antes citada, 1932), La maldición de la momia (Leslie Goodwins, 1944), La momia (Terence Fisher, 1959) con Christopher Lee y Peter Cushing, La momia nacional (José Ramón Larraz, 1981), ¿contribución? española al tema, hasta las más actuales como La sombra del faraón/Talos the Mummy (Russell Mulcahy, 1998). Lo que está claro es que no hay mucha creatividad a la hora de buscarles títulos.El rey Escorpión

Destacan también algunas películas de aventuras que han tocado el tema arqueológico (con más o menos fortuna, aunque con grandes dosis de falsedad histórica), y cuya trama discurre en Egipto. Por ejemplo, El Valle de los reyes (Robert Pirosh, 1954), típica y tópica película de aventuras en la que una expedición arqueológica busca un sarcófago en el Valle de los Reyes, a la vez que unos ladrones de tumbas, que persiguen el mismo fin. O La Esfinge (Franklin Schaffner, 1981), basada en un libro de Robin Cook del mismo título, en la que una joven egiptóloga se ve envuelta en una misteriosa trama con estatuillas y mapas antiguos de por medio, y algún que otro asesinato. Mediocre película que sin embargo tiene el encanto de recrearnos la vista con unas magníficas imágenes reales del Egipto actual. Policíaca o de misterio como Muerte en el Nilo (John Guillermin, 1978), basada en la obra del mismo título de Ágatha Christie, también con algunas escenas del Egipto turístico actual (recordemos aunque sea el papel de Peter Ustinov, recientemente fallecido, como el genial detective belga Hercules Poirot). Otra de terror es El despertar (Mike Newell, 1980), con Charlton Heston, que cuenta cómo el espíritu de una malvada reina egipcia toma a la hija de una arqueólogo que ha profanado su tumba, y se venga en los miembros de la expedición. De animación como El Príncipe de Egipto (B. Chapman, S.Hickner, S.Wells, 1998), magnífica adaptación en dibus de Los diez mandamientos, con escenas visualmente hermosas, aunque con un guión un poco flojo. Y basadas en cómics, como Asterix, misión Cleopatra (Alain Chabat, 2002), película sobre el comic de 1965, Asterix y Cleopatra, en la que Cleopatra hace una apuesta con Julio César para construir un palacio en pleno desierto en 3 meses.El príncipe de Egipto

Y no olvidemos alguna de ciencia-ficción, como Stargate, puerta a las estrellas (Roland Emmerich, 1994), en la que un grupo de militares viaja a un lejano planeta acompañados por un egiptólogo para investigar qué se esconde tras una puerta estelar encontrada en los años veinte en Egipto. Se tropiezan con un mundo muy parecido al antiguo Egipto, donde incluso hablan la misma lengua, y que está gobernado bajo el terror por el poderoso Ra, un alienígena que sólo pretende perpetuarse en el tiempo. No tiene mucho que ver con la historia egipcia, pero es una película que se ve con agrado.

En fin, quitando las películas sobre momias varias, especialmente las que entran dentro del género de terror, nos encontramos con pocas películas que toquen el tema egipcio, sobre todo ambientado en la antigüedad, así que como buena aficionada a la egiptología y al cine, recomiendo todas estas películas, aunque sólo sea por ver un “cachito” del esplendor de los faraones. ¡Con la de material interesante que hay en la Egiptología para hacer buenas películas!... a ver si se anima algún productor ;-).

 

Isabel Gil Benítez

www.losdestructores.com

 

 

 

 

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