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Genealogía de finales de la IV dinastía y principios de la V

Historia del Antiguo Egipto: faraones, dinastías y cronologías

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Teoría sobre la genealogía de finales de la IV dinastía y principios de la V:

La reina Jentkaus I 

 

Tumba de Jentkaus I en Guiza. Entrada a la izquierda con restos de bloques de granito rojo que contienen algunos de sus títulos. La tumba fue modificada para cambiar su forma de sarcófago por el de una pirámide.

 

 

El papiro de Westcar, que se encuentra en la actualidad en el Museo de Berlín, es una obra literaria del antiguo Egipto datada en época hiksa[1], aunque se piensa que su contenido fue copiado de otro perteneciente al Imperio Medio, sobre la XII dinastía. El papiro se ambienta en época de Jufu[2] y relata cómo el monarca aburrido pide a sus hijos que le entretengan de distintas formas. Al final del relato, su hijo el príncipe Hordyedef, le habla de la existencia de un mago llamado Dyedi, que a su vez le anunciará el advenimiento de los tres primeros reyes de la siguiente dinastía, tras el gobierno de sus descendientes más directos.

 

Los futuros reyes son descritos como hijos de Ra y una mujer llamada Ruddyedef casada con un sacerdote de ese dios. El parto de la mujer será asistido por varios dioses enviados a tal efecto por el propio Ra.

 

Algunos egiptólogos han buscado qué tiene de realidad y qué de ficción el contenido de esta parte del papiro, dado que es importante para lograr discernir el árbol genealógico de esta época de la historia. No debemos olvidar que el papiro fue escrito cientos de años después de los acontecimientos reales y que evidentemente está adornado con elementos político-religiosos que intentan plasmar un origen divino[3] de la V dinastía, que además justifica el cambio de dinastía.

 

El nacimiento de los monarcas es descrito en el papiro de la siguiente manera:

 

“... Entonces dijo Isis: ‘No debes resistirte en su cuerpo, en este nombre tuyo de Userref[4]’. Entonces se precipitó este niño sobre sus manos y medía un codo[5]. Sus huesos eran firmes, el recubrimiento de sus miembros era de oro y su tocado de lapislázuli auténtico[6]. Después de cortar su cordón umbilical lo lavaron y fue colocado en un diván de ladrillo. Entonces se le presentó Mesejenet y dijo: ‘Oh rey que ejercerá la realeza en esta tierra entera’, mientras Jnum sanaba sus miembros.

No debes patalear en su vientre en este nombre tuyo de Sahura[7].

No debes ser oscuro en este nombre tuyo de Keku[8].

Tras lo cual salieron estos dioses después de haber liberado a Ruddyedet[9] de los tres niños’...”.

 

Ahora acudiremos a los datos históricos de que disponemos para intentar reconstruir la verdadera historia de esta parte del Imperio Antiguo:

 

Partiendo de los últimos reyes de la dinastía IV, nos encontramos que Menkaura[10] no logró finalizar completamente su complejo funerario, sus templos alto y del valle[11], que estaban originalmente previstos ser construidos completamente en granito, fueron finalizados en ladrillos de adobe por su sucesor Shepseskaf, según nos demuestra una inscripción encontrada entre las ruinas de su templo funerario: “Hecho esto como monumento para su padre, el rey del Alto y Bajo Egipto”[12]. Si bien es cierto que a pesar de nombrar a Menkaura como padre de Shepseskaf no demuestra que realmente lo fuera, ya que era costumbre egipcia muy extendida el hacer mención a relaciones familiares figuradas, mientras no se demuestre lo contrario, vamos a suponer que este no es el caso y que el rey Shepseskaf era verdaderamente hijo de Menkaura y le sucedió tras sus 18 años de reinado.

 

A Shepseskaf se le atribuyen unos 4 años de reinado y tras él aparece otro rey desconocido (Dyedefptah) que pudo gobernar otros dos años[13], siendo éste el último de la dinastía IV. En su corto reinado, Shepseskaf se construyó como tumba una especie de mastaba gigante con forma de sarcófago[14], cuya forma aparenta un regreso al arcaísmo, al igual que en parte de los templos de su padre que presentan estructuras de “fachada de palacio” o como el sarcófago de alabastro del mismo, perdido por un naufragio en costas españolas[15]. Esta curiosa tumba construida en Sakkara en plena época de las grandes pirámides, sólo encuentra similitud en otra de Guiza. Se trata de la tumba de la reina Jentkaus, cerca del templo del valle de Menkaura y cuya ciudad de los trabajadores llega a encontrarse con la situada en ese templo. En la estructura interna de las tres tumbas (Jentkaus, Shepseskaf y pirámide Menkaura) encontramos bastantes similitudes y además en la de Jentkaus restos de estructuras de fachada palacial al estilo de complejos funerarios de la dinastía anterior como el de Dyeser[16] o Sejemjet, pero la tumba sufrió modificaciones posteriores que parece ser que pretendían hacerla volver a la forma piramidal. El aspecto final es el de una tumba escalonada por un recubrimiento de caliza, con dos escalones visibles en la actualidad que probablemente eran tres originalmente.

 

Restos del muro exterior del complejo funerario

de la pirámide inacabada de Sejemjet (III dinastía)

 en Sakkara, en forma de “fachada palacial”: 

los antiguos palacios reales egipcios mostraban

 entrantes y salientes rectangulares que dan nombre

 a este tipo de fachada.

 

           

Bloques de granito en la entrada de la tumba de Jentkaus I,

 

             

Señales del recubrimiento de caliza y adobe de la tumba de Jentkaus I.

 

La opinión generalizada en la actualidad, es que por todos los indicios resumidos, sería factible que Jentkaus fuese también hija de Menkaura y esposa y hermanastra de Shepseskaf, y que algunos de sus hijos posteriormente modificó su tumba. Entre los títulos de esta reina que han sido hallados, se encuentra el de “hija real” y también otro más discutido, el de   “madre de los dos reyes del Alto y Bajo Egipto” o “El rey del Alto y Bajo Egipto y madre del rey del Alto y Bajo Egipto”. Por las características de la lengua egipcia en la época a la que nos referimos y aunque ambas traducciones son posibles, nos quedaremos con la primera, aunque hay quien piensa que la segunda permitiría identificar a la reina con ese rey efímero que supuestamente sucedió a Shepseskaf, un tal Dyedefptah. El título del que hablamos se encuentra en la entrada de su “tumba escalonada” y además muestra a Jentkaus I con un cetro, Ureus y barba ceremonial propios de un gobernante egipcio pero por contra su nombre jamás se ha encontrado escrito dentro de un cartucho, que es como debe aparecer el de un rey de Egipto ya en esta dinastía, aunque bien pudo adoptar el nombre de Dyedefptah para ese breve periodo de gobierno en solitario.

 

           

Pirámides de Userkaf (a la izquierda) y Dyeser (derecha).

 

Fragmento de estatua de Neferhetepes 

encontrada en el complejo funerario de Radyedef 

en Abu Rawash. Museo del Louvre.

 

Con Userkaf se produce el cambio de dinastía y en la que el culto solar llega a su máximo esplendor. Los cambios de dinastía en la historia del Egipto antiguo, suelen reflejar una variación en la línea sucesoria, es decir, Userkaf no debía ser descendiente directo de Shepseskaf y posiblemente logró su derecho al trono mediante el matrimonio, pero ¿con quién se casó para acceder al trono de Egipto?. La pirámide de Userkaf en Sakkara, junto al complejo funerario de Dyeser, cuenta con una satélite y otra subsidiaria que debió pertenecer a una reina o madre real. En su complejo funerario no hay rastro del nombre de la dueña pero indirectamente se le atribuye a Neferhetepes, por una inscripción de la tumba del sacerdote Persen que ahora se encuentra en el Museo de Berlín (nº 15004)[17]. Dos fragmentos de estatua de Neferhetepes encontrados en Abu Rawash y que actualmente se encuentran en el Museo del Louvre, demuestran que era una hija del rey Radyedef[18] y por tanto a inicios del reinado de Userkaf debía rondar como mínimo los 50 años de edad, así que pensaremos que se trata de la madre de Userkaf, que además contaba con el título de “madre del rey” según la mencionada inscripción de la tumba de Persen en Sakkara[19]. Como vemos Userkaf posiblemente era de sangre real por línea materna (desconocemos quién era su padre), pero la línea sucesoria actual partía de Jafra[20] y para legitimar su trono necesitaba casarse con la probable nieta de éste, Jentkaus I, que seguramente era bastante más joven que Neferhetepes.

 

Restos de la pirámide de Sahura en Abusir y templo funerario.

 

Pirámides de Abusir vistas desde el templo Solar de Niuserra en Abu Gurab.

A la izquierda el altar del templo al aire libre.

 

A Userkaf le sucede Sahura y después Neferirkara Kakai tal y como se describe en el papiro de Westcar, pero parece que no es cierto que los tres fueran hermanos, aunque sí los dos últimos según la opinión de algunos egiptólogos basada en inscripciones del templo funerario de Sahura modificadas e incluyendo el nombre de Neferirkara. Volviendo a la traducción de uno de los títulos de Jentkaus que la presentaba como madre de dos reyes, es aquí donde se encaja el mismo dentro de esta historia construida, como vemos, sólo con leves indicios.

 

El equipo Checo que trabaja en Abusir y dirigido por Miroslav Verner, encontró una pequeña pirámide perteneciente a una reina también llamada Jentkaus (segunda). Según palabras del propio Verner y otros autores (Smith 1971), hay una generación entre ella y Jentkaus I, pero la confusión ha sido bastante generalizada por muchos egiptólogos entre esta esposa real de Neferirkara Kakai y la que posiblemente fue su madre, llegando a afirmar erróneamente que se trataba de un segundo enterramiento de Jentkaus I.

 

Para finalizar resumiremos la teoría del posible árbol genealógico expuesto en el presente artículo, siempre con las debidas reservas a causa de la escasa información que nos ha llegado sobre el tema que nos ocupa:

 

Después de Menkaura gobernó su hijo Shepseskaf que se casó con su hermanastra Jentkaus I, tras la muerte de este último rey (ella misma pudo gobernar en solitario dos años) debió casarse de nuevo con Userkaf, hijo de la princesa Neferhetepes y por tanto nieto del rey Radyedef. De este matrimonio o del anterior, nacieron Sahura y Neferirkara Kakai, siendo el segundo (dados los títulos de la reina) quien modificase la estructura externa de la tumba de Jentkaus I en Guiza para hacerla volver a la idea solar que representa la pirámide, dado que hablamos de los reyes constructores de los primeros templos solares[21].

 

Por desgracia el caso de Jentkaus I no es aislado en la historia de Egipto y existen numerosos personajes, especialmente del Imperio Antiguo, anteriores al mismo y periodos intermedios, de los que permanecen sin esclarecer tanto sus relaciones genealógicas como históricas. Por tanto sólo podemos aventurar teorías basadas en indicios, en un intento de reconstruir una historia que permanecerá perdida a la espera de nuevos descubrimientos. El “origen mágico” de la V dinastía relatado en el papiro de Westcar, sólo es una de tantas leyendas con parte real y parte imaginaria, que nos ayudan en la búsqueda de la verdad.

 

 

 

Bibliografía:

 

Miroslav Verner, The Pyramids, Their Archaelogy and History, Grove Atlantic Ltd 2002.

Troy, Lana. Patterns of Queenship in Ancient Egyptian Mith and History.1986. Acta Univ. Uppsala Boreas. ISBN: 91-554-1919-4

Lucas Baqué Manzano, Las ciudades de las pirámides en el antiguo Egipto, Cuadernos de Egiptología Mizar nº 1, Barcelona 1996.

Edwards, I.E.S. Las Pirámides de Egipto. Crítica. 2003. ISBN: 84-8432-454-0.

Lehner, Mark. The Complete Pyramids. 1997. The American University in Cairo Press. ISBN: 977-424-445-1.

Porter, B. y Moss R. L. B., con la asistencia de  Burney, E. W. Topographical Bibliography of Ancient Egyptian Hieroglyphic Texts, Statues, Reliefs and Paintings. Volume III Part 2. Memphis. Saqqâra to Dahshûr. Fascicles 1-3. 1978, 1979, 1981.

Grimal, Nicolás. Historia del Antiguo Egipto.1996. Ediciones Akal, S.A. ISBN: 84-460-0621-9.

Pirenne, Jacques. Historia de la Civilización del Antiguo Egipto. (Vol. I, II y III).1977. Instituto Gallach de Librería y Ediciones, S.L. ISBN: 84-85009-44-4.

 


[1] En torno al 1.600 a.C.

[2] Keops, el constructor de la Gran Pirámide. IV dinastía. Imperio Antiguo.

[3] Concretamente el dios solar Ra.

[4] Userkaf, primer rey de la V dinastía.

[5] Unos 53 cm.

[6] Son características divinas. En la mitología egipcia se considera que el oro era la carne de los dioses y el lapislázuli su cabello.

[7] Segundo rey de la V dinastía.

[8] Neferirkara Kakai, tercer rey de la V dinastía.

[9] Nombre de la supuesta madre de los tres reyes.

[10] Micerinos, el constructor de la tercera pirámide de Guiza.

[11] Las pirámides egipcias solían contar con un templo junto a ella, llamado alto o funerario y otro con un embarcadero en el valle, unidos por una calzada.

[12] “Las ciudades de las pirámides en el antiguo Egipto”, por Lucas Baqué Manzano, Cuadernos de Egiptología Mizar nº 1, Barcelona 1996 (Pág. 16).

[13] Según se menciona en el Canon Real de Turín y parece apoyarse por la lista de Manetón, pero es bastante dudoso que tal rey existiera realmente.

[14] Llamada comúnmente “Mastabat el-Faraun”.

[15] El naufragio del Beatrice, frente a unos 100 Km. de la costa Cartagena.

[16] Más conocido por el nombre de Zoser.

[17] “The Pyramids, Their Archaelogy and History”, por Miroslav Verner, Grove Atlantic Ltd 2002 (Pág. 279).

[18] Didufri, hijo y sucesor de Jufu (Keops).

[19] “Patterns of Queenship”, por Lana Troy, Uppsala 1986.

[20] Kefrén, hermano de Radyedef y padre de Menkaura.

[21] De esta forma se borra el posible desvío en las tendencias religiosas que habría iniciado Shepseskaf, que no utiliza en su nombre el de Ra (como Userkaf, que sin embargo es el primero en construir un templo solar), que omite el epíteto de “hijo de Ra” en su titulatura  (desde Radyedef se generaliza su uso) y que no se construyó una pirámide como tumba. Aunque dicha tumba sí sigue manteniendo rasgos solares como la existencia de un templo alto unido al del valle por una calzada, pero la eliminación del elemento piramidal pudo ser considerada como un paso atrás en la evolución del culto solar que encontraría su máximo apogeo en las dos siguientes dinastías.

 

Autores: Juan de la Torre Suárez y Teresa Soria Trastoy.

 

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