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La estela de Israel o de la Victoria
Traducción de Federico Lara Peinado:
"Año quinto, tercer mes de la estación
shemu,
día 3, bajo la Majestad de Horus: Toro poderoso, que se alegra con Maat.
Rey del Alto y del Bajo Egipto: Morueco de Ra, amado de Amón. Hijo de Re: Merenptah, que está satisfecho a causa de Maat.
Se exalta la fuerza y se magnifica la potencia de Horus, toro poderoso,
que golpea los Nueve Arcos y cuyo nombre es establecido para siempre y para
toda la Eternidad. Se narran sus victorias en todas las tierras, de manera
que cada tierra, reunida, conozca y admire la virtud en sus hechos valerosos.
El Rey del Alto y del Bajo Egipto: Morueco de Re, amado de Amón El hijo de Re: Merenptah, que está satisfecho a causa de Maat, el Toro,
señor de la fuerza, que masacra a sus enemigos, hermoso en el campo de batalla, en el momento de la victoria; la luz, que descubre las nubes
que habían estado sobre Egipto y deja ver al País bienamado los rayos del
disco del Sol; que aleja la montaña de bronce de la garganta de la gente para
que pueda dar el aliento [de la vida] a los pueblos en apuro; que satisface
el corazón de Menfis sobre sus enemigos y permite a Tatenen regocijarse sobre
sus adversarios abatidos; que abre las puertas de la ciudad de la Muralla que habían sido atrancadas y deja que sus templos reciban sus alimentos
[otra vez].
El rey del Alto y del Bajo Egipto, Morueco de Re, amado de Amón, el hijo
de Re Merenptah, que está satisfecho a causa de Maat, el único que vuelve
firme los corazones de cientos de miles, mientras que, a su vista, los alientos [de la vida] penetran en sus narices.
El país de los timihiu está destrozado, en su tiempo de vida y el terror
permanece para siempre en el corazón de los mashauash. El hace retroceder
a los libios, que habían [osado] mirar a Egipto; un gran temor, a causa
de Egipto, habita en sus corazones.
Sus tropas, adelantadas, abandonan los confines [del país], pues sus piernas
no se aguantan derechas, excepto para huir. Sus arqueros abandonaron allí
sus arcos. Los corazones de los que se apresuran son los de caminar. Desatan sus pellejos de agua y los arrojan al suelo; sus cargas eran
desatadas y tiradas a un lado.
El miserable príncipe, el vencido de Libia, había huido en la oscuridad
de la noche, solo, sin ningún penacho en su cabeza; sus piernas estaban
debilitadas. Sus mujeres fueron llevadas lejos de su presencia; se tomó
la
harina de sus provisiones; no había, incluso, agua en los pellejos para
conservarle vivo. Las caras de sus compañeros, prestos a matarle, eran hostiles; entre sus comandantes uno luchó contra otro. Sus tiendas estaban
quemadas, transformadas en cenizas. Todos sus bienes eran alimento para
la tropa.
Cuando alcanzó su país, estaba (sumido) en lamentaciones. Cada superviviente
en su tierra estaba demasiado agraviado para recibirle. Un príncipe a
cuyo mal penacho castigó el destino y todos, en sus villas le decían esto:
¡El está en poder de todos los dioses de Menfis!
El señor de Egipto hace una maldición de su nombre: Meriay es la abominación de la ciudad de la Muralla Blanca y [esto
permanecerá] en su familia, de hijo en hijo, para la Eternidad.
Morueco de Re, amado de Amón perseguirá a sus hijos y Merenptah, que está
satisfecho a causa de Maat, le será dado como destino [Merenplah, héroe
legendario].
El ha llegado a ser una leyenda proverbial para Libia. Las jóvenes
generaciones dirán unas a otras a propósito de sus victorias: Aquello
no se hará así de nuevo desde [los días] en que Re lo ha abatido. Por eso, cada
viejo habla así a su hijo: ¡Aflicción para Libia!.
Ellos han dejado de vivir del agradable modo del que va de un lado a otro
en
el campo. Van a ser reprimidos sus paseos en un solo día. Los
tehenu
están
acabados en un solo año. Sutej se ha vuelto contra su jefe; sus pueblos
han sido arruinados con su consentimiento. No hay trabajo para cargar fardos
en estos días. Es, entretanto, conveniente ocultarse y es sólo en un agujero
donde se está a salvo.
El gran señor de Egipto es poderoso, la victoria le pertenece. ¿Quién
puede luchar, conociendo su inexorable paso? ¡Imprudente y necio sería quien
fuese en su contra! El que transgreda su frontera no conocerá el mañana.
En cuanto a Egipto -dicen- desde los tiempos de los dioses [ha sido] el
hijo único de Ra y su hijo es el que está en el trono de Shu. Ningún
corazón sabría emprender un ataque contra su pueblo, porque el ojo de
cada dios perseguiría a quien lo violase y él es quien acarrearía el fin de
sus enemigos. Así dicen aquellos que observan las estrellas y los que conocen
todas las palabras [mágicas] al mirar a los vientos.
Un gran prodigio ha ocurrido en Egipto. El que la atacó ha sido metido
en su mano como un prisionero vivo, gracias a los designios del divino, que
ha triunfado sobre sus enemigos, en presencia de Ra.
Meriay es quien hizo el mal y a quien ha abatido el Señor que esta en
la Ciudad de la Muralla [Blanca]. Ha sido juzgado con aquél en Heliópolis
y la divina Enéada lo consideró culpable de sus crímenes.
El Señor del Universo dice: ¡Que se dé la cimitarra a mi hijo!, el justo
de corazón, el gentil y bondadoso, Carnero de Ra, amado de Amón, el
que es solícito con el Castillo del ka de Ptah; el que ha protegido a
Heliópolis y quien ha abierto las ciudades que estaban cerradas; el que
ha hecho libres a las multitudes que habían sido encerradas en todos los
nomos; el que ha vuelto a dar ofrendas a los templos y deja que el incienso sea
quemado ante el dios; el que ha hecho que los grandes recuperen la posesión de sus propiedades y que los pobres hayan vuelto a sus ciudades.
He aquí lo que han dicho los Señores de Heliópolis acerca de su hijo,
Merenptah, que está satisfecho a causa de Maat: "Que se le dé el
tiempo de vida de Ra; así él podrá proteger al que está sufriendo a causa de algún
país. Le ha sido asignado Egipto, como la parte de aquél que ha
conquistado para sí, eternamente; por ello él puede proteger a su pueblo.
Mirad, cuando se vive en la época de este héroe, el aliento de vida está
en las manos del [rey] valiente. Los bienes corren como el agua para el que
no toma a su cargo la mentira, pero el hombre de corazón malvado pierde lo
que ha robado; [en cuanto] al que tiene a su cuidado bienes mal adquiridos, [sus bienes] irán a otros y no a sus hijos.
Se dice también: "¡Meriay, el vil enemigo, el vencido de Libia, vino para franquear
los muros de la villa de Ta-tenen, que es el señor de ella, mientras que su hijo había aparecido sobre
su trono, el Rey del Alto y del Bajo Egipto, Carnero de Ra, amado de Amón; el hijo de Ra, Merenptah que está
satistecho a causa de Maat".
Ptah dijo entonces al encuentro del vencido de Libia: "Que sean reunidos todos sus crímenes, y que ellos caigan sobre su
cabeza. Ponedle en manos de Merenptah, a fin de que le haga vomitar lo que él había tragado, como un cocodrilo. Ahora,
mirad, el hombre rápido se lleva al hombre rápido y el señor
real cazará al que conocía su fuerza. Es Amón quien lo
capturará con su mano y por eso lo asignará a su ka, en Hermonthis,
al rey del Alto y del Bajo Egipto, Carnero de Ra, el hijo de Ra, Merenptah".
[Himno a la paz]
Una gran alegría ha venido a Egipto
y el júbilo se manifiesta en las villas del País bienamado.
Ellas hablan de las victorias
que Merenptah logró sobre los tehenu.
¡Qué amado es, el príncipe victorioso!
¡Qué ensalzado es el rey, entre los dioses!
¡Qué prudente es él, el señor del dominio!
¡En verdad, qué agradable es sentarse y hablar! ¡Oh, caminar a grandes
pasos por el camino, sin que haya temor en el corazón de las gentes! Las
fortalezas están abandonadas a su suerte, los pozos son abiertos [de nuevo],
accesibles en lo sucesivo a los mensajeros. Las almenas de los muros están
tranquilas; únicamente es el sol quien despertará a los centinelas. Los
madjai están tendidos y duermen; los nau y tekten están en las
praderas, según su deseo. El ganado del campo está suelto y vagabundea
sin pastor, [incluso] cruzan la corriente del río. Ninguna llamada, ningún
grito se alza en la noche: "¡Alto, mirad, un recién llegado viene hablando
en
lengua extranjera!". Se va y se viene cantando y no hay gritos
como cuando hay aflicción entre las gentes. Las ciudades están habitadas de nuevo.
El
que siembra su cosecha la comerá.
Ra se ha vuelto de nuevo hacia Egipto, mientras que ha sido puesto en
el mundo, gracias a su destino, su protector, el Rey del Alto y del Bajo
Egipto, Carnero de Ra, el Hijo de Ra, Merenptah.
[La paz en el Imperio egipcio]
Los príncipes están postrados, diciendo: ¡Clemencia!
Ninguno alza su cabeza a lo largo de los Nueves Arcos.
Libia está desolada, Khatti está pacificada,
Canaán está despojada de todo lo que tenía malo,
Ascalón está deportada, Gezer está tomada,
Yanoam parece como si no hubiese existido jamás,
Israel está derribado y yermo, no tiene semilla,
Siria se ha convertido en una viuda para Egipto.
¡Todas las tierras están unidas, están pacificadas!
Todos los [países] que andaban errantes han sido unidos por el Rey del
Alto y del Bajo Egipto, Carnero de Amón, el Hijo de Ra, Merenptah, dotado
de vida, como Ra, cada día."
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