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Frederik Ludwig Norden

 

La Egiptología, Egipto y los Primeros viajeros del siglo XVIII

 

Isla de File, que Norden describió con el nombre equivocado de "Ell Heiss", confundiéndola con la de el-Haisa, situada más al suroeste.

 

Frederik Ludwig Norden, hijo de un oficial de artillería, se enroló muy en la marina danesa, a la edad de catorce anos. Como sus otros cuatro hermanos, que se orientaron todos hacia la carrera militar, también Frederik había recibido de su padre una educación acorde con este fin, que consistía en particular en el aprendizaje de la geografia, las lenguas extranjeras, la historia y las matemáticas.

 

Alcanzado el grado de oficial, Norden no tardó en destacar por sus excepcionales capacidades en las disciplinas matemáticas y, sobre todo, en el dibujo y en el arte naval, que le hicieron obtener el encargo de corregir y rehacer una serie de planos y de mapas topográficos. Su entusiasmo y su valor hicieron que el joven Norden fuera presentado, en 1732, al rey Cristián VI, un soberano culto, ilustrado y amante del arte y de la literatura, que decidió realzar las dotes del cadete proporcionándole la posibilidad de perfeccionarse.

 

Por orden real, el Almirantazgo nombró a Norden lugarteniente de segunda, concediéndole un status especial que le absolvía de las obligaciones normalmente impuestas a los demás oficiales de su grado, con la orden de dedicarse a los estudios de ingeniería naval. Para perfeccionarse en este dificil arte, Norden residió primero en Holanda y luego en Francia, en Marsella, y más tarde en Italia, donde permaneció durante tres años y entró en contacto con los cultivadores del arte y de la historia y visitó las primeras colecciones de antigüedades en Roma y en Florencia, donde fue nombrado miembro asociado de la Academia de Dibujo. Fue precisamente en Florencia donde Norden recibió, en 1737, la orden del rey de partir hacia Egipto y preparar una amplia y detallada relación sobre el país y sus monumentos, útil para incrementar eventuales actividades de la marina danesa en el Mediterráneo oriental y, al mismo tiempo, el conocimiento sobre el arte y la historia de un país que, por aquel entonces, se había hecho célebre.

 

Tras embarcarse en Livorno, Norden llegó a Alejandría en junio de 1737, tras una navegación de treinta días, y prosiguió en dirección a El Cairo, donde llegó el 7 de julio, precediendo en cuatro meses a Richard Pococke, cuya existencia, por aquella época, verosímilmente ignoraba. Los dos viajeros, que se cruzaron sin encontrarse nunca en numerosos yacimientos arqueológicos, eran profundamente distintos en carácter, además de en formación. A la diplomacia, a ia paciencia y a la capacidad de tratar con los habitantes y con las autoridades locales que caracterizaban a Pococke y que le permitieron obtener múltiples ventajas y facilidades, se enfrentaban la impulsividad, el valor, la iniciativa de Norden, que tenía una mentalidad de tipo militar y no vacilaba en recurrir a las armas cuando parecía que la situación lo exigía.

 

Norden visitó y examinó con gran detenimiento las pirámides de Giza de las que dibujó el primer mapa
topogratico suficientemente exacto, efectuando tambien un largo comentario a la "Pyramydographya", la célebre obra del astrónomo inglés John Greaves. En El Cairo, sin embargo, el viaje de Norden sufrió una parada forzosa de de cuatro meses, a causa de una enfermedad, y no fue hasta el 17 de noviembre que el joven explorador pudo partir hacia el Alto Egipto, seguido una veintena de días más tarde por Pococke, que mientras tanto había llegado a Egipto, había visitado Alejandría y el Delta y alcanzado El Cairo. Norden llegó a Tebas el 11 de diciembre: «A las cuatro de la tarde comencé a ver en el lado este un obelisco, y poco después apareció una gran cantidad de peristilos, algunos portales y edificios antiguos dispersos confusamente aquí y allá en la llanura ... », escribió en su diario de viaje: sin embargo tuvo que limitarse a observar las ruinas, que eran las de los templos de Karnak, desde su barca porque el comandante se negó a acercarse y a desembarcar, mientras que Pococke, que llegó al lugar cerca de un mes más tarde tras congraciarse con el jefe local y con los pequeños regalos que previsoramente había llevado con este fin, pudo visitar y estudiar las ruinas con toda calma.

 

Solamente al día siguiente y recurriendo a amenazas, Norden, que había renunciado va a visitar Karnak y Luxor, consiguió vencer la hostilidad del comandante del barco y desembarcar en la orilla occidental, donde pudo ver con gran prisa y sin soltar las armas los principales monumentos: los Colosos de Memnón, el Ramesseum definido como «Palacio de Memnón», y las ruinas de Medinet Habu, renunciando sin embargo a explorar el Valle de los Reyes. Norden, decidido a remontar posteriormente el río para visitar la Baja Nubia, partió de nuevo de Tebas el 13 de diciembre y, tras haber pasado los templos de Esná, Edfú y Kom Ombo, llegó a Asuán, donde visitó la isla de Elefantina y la de File, que describió con el nombre de «isla de Ell Heiss».

 

Pasada la primera catarata, Norden siguió remontando el Nilo con la intención de alcanzar la segunda catarata pero, tras haber pasado los templos de Dabod y Kalabsa donde los habitantes dispararon con sus fusiles contra su embarcación, y haber visto alejarse a su popa las ruinas de los templos de Dendur, Dakka, Maharraqa, Es-Sebua, Korosko Amada y Derr, el comandante del barco se negó a proseguir, y de nada sirvieron las promesas y las amenazas de Norden, que el 6 de enero de 1738 tuvo que iniciar a pesar suyo el recorrido de retorno. Tuvo entonces forma de observar mejor algunos de los lugares que había visto demasiado rápidamente a la ida, a fin de añadir detalles a sus dibujos y realizar otros nuevos.

 

Templo de Luxor, por Norden.

 

El 3 de febrero estaba de nuevo en Tebas, mientras Pococke había dejado el lugar pocos días antes, el 18 de Enero, tras una permanencia de casi una semana, en dirección a Asuán. Esta vez, pese a las dificultades, Norden consiguió visitar, aunque velozmente y en difíciles condiciones, las suspiradas ruinas de Luxor y Karnak. En Luxor, para poder circular por entre las ruinas sin ser molestado, el valeroso viajero decidió efectuar una exploración nocturna, mientras que en Karnak la visita fue más movida. Rodeado por árabes que, con actitud aparentemente hostil, reclamaban dinero, el oficial danés tuvo que recurrir una vez más a la amenaza de las armas y, no considerando prudente permanecer en el lugar tras haber efectuado algunos dibujos más bien apresurados inició el descenso del Nilo, tras Pococke, de regreso a Asuán, alcanzaba Tebas al día siguiente de su partida.

 

Abandonada Tebas la tarde del 4 de febrero Norden llegó a El Cairo tras navegación de diecinueve días y, durante la posterior permanencia de más de tres meses en El Cairo y en el Bajo Egipto, aprovechó para profundizar su conocimiento de la región. A finales del mes de mayo, Norden se embarcó de vuelta a Europa; su viaje había durado, en total, poco más de un año. Durante su estancia en Egipto, el viajero danés había recogido muchísimos datos y realizado gran número de dibujos y de observaciones muchas de las cuales, sobre todo las relativas al Bajo Egipto, habían sido escritas sobre hojas sueltas, mientras que las del viaje al Alto Egipto, que duró en total tres meses, formaban un auténtico «diario» escrito sobre un cuaderno, en el cual Norden había dibujado también un gran mapa del 

recorrido del Nilo que ocupaba sus buenas veintinueve páginas.

 

Sus conocimientos matemá ticos y arquitectónicos, junto con su extraordinaria habilidad de dibujante, permitieron a Norden reproducir los monumentos egipcios, de los cuales tomó incluso las medidas y trazó las plantas y los alzados con gran precisión. El joven viajero presentó con notable éxito la relación de su viaje y los numerosos dibujos que lo acompañaban al rey, que, tras nombrarlo capitán y elogiarlo públicamente delante de toda la corte, le encargó reordenar y preparar todo su material para su publicación. Norden empezó entonces a efectuar una revisión exacta de todas las planchas y a dar forma definitiva a su relación del viaje, en la cual incluyó las referencias necesarias para relacionarla con los dibujos correspondientes.

 

Sin embargo, la obra de revisión necesaria para la impresión se vio interrumpida en las fases iniciales porque el oficial fue enviado a Inglaterra para prestar servicio en la flota naval de Su Majestad británica en la guerra contra España. Tras haber navegado con la flota británica y participado en numerosas acciones militares, Norden volvió a Londres, donde fue nombrado miembro de la Royal Society of Sciences y de la Egyptian Society, la primera sociedad para el estudio y el desarrollo de las investigaciones sobre Egipto -creada en diciembre de 1741 bajo la égida de lord Sandwich y de la cual había sido llamado para formar parte también Richard Pococke-, y que posteriormente se convertiría en la Egypt Exploration Society. Con este motivo, el explorador danés leyó una comunicación sobre las ruinas de Tebas, extraída de sus notas de viaje, que obtuvo un notable éxito y fue posteriormente publicada con el título "Drawings of some ruins and Colossal Statues at Thebes in Egypt with an account of the same in a letter to the Royal Society". 

 

Norden permaneció en Londres hasta finales del verano de 1742, cuando su salud empezó a empeorar a causa, quizá, de un ataque de tisis o de tuberculosis. Entonces decidió dejar Inglaterra y dirigirse a Francia para visitar los puertos y las costas del país, no antes de haber hecho una parada en París. En la capital francesa, sin embargo, su enfermedad se agravó más y, el 22 de setiembre, Norden murió a la edad de treinta y cuatro años, no antes de haber confiado a su amigo el conde de Danneskiold, también capitán de la marina danesa y compañero suyo de viaje en Inglaterra, todos sus dibujos y las notas relativas a su viaje a Egipto.

 

Al saber la noticia de la muerte de Norden el rey de Dinamarca dio orden de que los documentos del gran viajero prematuramente desaparecido fueran publicados, y que la reproducción de los dibujos fuera confiada al grabador Mark Tuscher de Nuremberg, uno de los más célebres artistas de la época y gran amigo personal de Norden, por cuya cuenta había grabado ya dos planchas que acompañaban a la comunicación presentada ante la Royal Society en 1741. En 1755, bajo el reinado de Federico V, sucesor de Cristián VI, la obra de Norden fue finalmente publicada, rindiendo así un justo y merecido homenaje a este gran viajero, gracias al cual tenemos los primeros dibujos realistas de los monumentos y los primeros mapas suficientemente exactos de los yacimientos arqueológicos de Egipto.

 


Bibliografía: "El Descubrimiento del Antiguo Egipto" de Alberto Siliotti. Puede consultarse en los libros prestados a la Biblioteca de la ASADE (Asociación Andaluza de Egiptología) por Juan de la Torre Suárez y Teresa Soria Trastoy.

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